EL BAMBUCO COLOMBIANO
EL BAMBUCO
Cuando llega el momento de la música, el hombre sale para cortejar a su pareja y mientras la mujer se queda quieta, el hombre usa el paso medido, o de puntar, poniendo un pie detrás del otro sin grandes desplazamientos, bailando para atrás y luego zapateando para llamarle la atención. Juega con el pañuelo que lleva en la mano derecha pero ella continúa indiferente. Él zapatea nuevamente con toda intensidad, la llama con el pañuelo y ella comienza al fin a bailar en su sitio.
El pañuelo es muy importante en el baile, ambos lo usan, es el auxiliar para el coqueteo y la conquista. Cuando la mujer comienza a bailar, el hombre se aproxima, bailando también, jugando con el pañuelo, el zapateo y el cruce. Luego él salta, pone las rodillas en tierra y con la mano en alto revolotea el pañuelo, mientras ella gira alrededor suyo haciendo juegos con las enaguas. Después viene la figura de los círculos cruzados en la que danzan frente a frente, haciendo cada cual un círculo. Finalmente él zapatea, dobla una rodilla, la llama con el pañuelo y se lo arroja; ella se aproxima acurrucándose y se alejan bailando. La forma coreográfica del bambuco no difiere en su esencia, de una parte a otra del país, ya que su unidad interpretativa es la que le ha valido el nombre de danza típica colombiana. Las parejas se desplazan con movimientos puros y recogidos, los contactos son fugaces y llenos de delicadeza con una gran dosis de ingenuidad en su interpretación. El paso esencial es el “escobillao”, arrastrando los pies en cada paso. El bambuco es una danza hermosa que tiene la manera de un idilio, de un poema de amor. Tiene la sencillez de una raza implícita y guarda una elegancia parsimoniosa, casi ceremonial.
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